Sunday, April 19, 2009

¿Se puede traducir?

Quizá exagere quien diga eso. ¿Qué piensa usted?

Nunca lo había pensado. Pero ahora más tarde puede que lo piense.

Entonces mientras tanto no podrá discutirlo.

Parece así. ¿Qué cree?

Creo que mientras tanto no podrá discutirlo.

Tal vez tenga usted razón. Por eso habrá que discutirlo luego.

Su conclusión me parece oportuna.

Me halaga. Llegué a imaginar que sería una conclusión extemporánea.

Oh no, usted sabe lo que dice, aunque ahora no sepa qué decir del asunto ése de saber una lengua si quiere traducirse.

Saber no saber no saber no saber saber no saber saber saber saber saber no saber no saber saber no saber no saber no saber saber saber saber no saber, ¿cómo quiere que lo sepa?

Sepa usted que había imaginado su respuesta.

Si sabe lo que sabe usted sobre este tema, por favor hágamelo saber de inmediato.

Se lo digo al oído.

Eclesiastés I, versión Reina-Valera

1Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalem.
2Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo vanidad.
3¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?
4Generación va, y generación viene: mas la tierra siempre permanece.
5Y sale el sol, y pónese el sol, y con deseo vuelve á su lugar donde torna á nacer.
6El viento tira hacia el mediodía, y rodea al norte; va girando de continuo, y á sus giros torna el viento de nuevo.
7Los ríos todos van á la mar, y la mar no se hinche; al lugar de donde los ríos vinieron, allí tornan para correr de nuevo.
8Todas las cosas andan en trabajo mas que el hombre pueda decir: ni los ojos viendo se hartan de ver, ni los oídos se hinchen de oir.
9¿Qué es lo que fué? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará: y nada hay nuevo debajo del sol.
10¿Hay algo de que se pueda decir: He aquí esto es nuevo? Ya fué en los siglos que nos han precedido.
11No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después.
12Yo el Predicador fuí rey sobre Israel en Jerusalem.
13Y dí mi corazón á inquirir y buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del cielo: este penoso trabajo dió Dios á los hijos de los hombres, en que se ocupen.
14Yo miré todas las obras que se hacen debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de espíritu.
15Lo torcido no se puede enderezar; y lo falto no puede contarse.
16Hablé yo con mi corazón, diciendo: He aquí hállome yo engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los que fueron antes de mí en Jerusalem; y mi corazón ha percibido muchedumbre de sabiduría y ciencia.
17Y dí mi corazón á conocer la sabiduría, y también á entender las locuras y los desvaríos: conocí que aun esto era aflicción de espíritu.
18Porque en la mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia, añade dolor.

Tuesday, March 17, 2009

this is not a poem
but a text with notes

no cualquier nota

this note is about the special content of the poem

and so on
until it finally ends

this end, for instance




Thursday, March 12, 2009

Helen Levitt

Helen Levitt es Virgo: nació en Brooklyn el 31 de agosto de 1913. En el año 2002 aún vivía en un apartamento espartano, libre de toda imagen que ella hubiera tomado. El dato es elocuente: Levitt prefiere confiar en el recuerdo de esas fotografías, tal vez vagas y cambiantes, antes que en su certeza material. En las paredes vacías se acumulan las huellas de la memoria como si fueran una galería de imaginarias yuxtaposiciones. En ese otro orden, las fotos ya no pueden fijar el pasado, como si aquella época fuera más bien el vértigo de tiempos diversos que se conjugan para crear el monstruo misceláneo de nuestra propia historia.

Otras fotos de Levitt:

Chalk Girl


New York, 1988

Frame Christies

New York, c. 1940